Dicen que su sonrisa persiste tras el agua salada, que calla con miradas. Dicen que sus facciones crean perplejidad a los ojos de quién mira y que su olor se confunde con el aire. También dicen que tiene cierta timidez en su valentía, y que sus párpados transparentan el gris de sus ojos. Dicen que espera en su desesperación, que le gusta la soledad ante el frío y que es el chico que nadie ha oído hablar. Dicen que me crucé con él, que me enamoré perdidamente. He oído que llegué a anhelar sus suspiros y, tal vez, llegamos a ser una misma persona. Que sin buscar aire él me lo daba. Dicen que fue un momento tan entrañable como indiscutible en cuanto a rareza. También comentan que lo recuerdo como una casualidad perdida y que vive dentro de mí. Déjame pedirte entonces, que me devuelvas tu sabor a agua salada, la humedad de aquella noche y tu fría calidez.
2 comentarios:
¡precioso texto y una monada de foto!
Empiezo a seguirte!
www.jordinavogel.blogspot.com
¡Qué hermoooooooooooso texto, me encantó! Y me sentí bastante identificada. Escribís muy bien.
¡Abrazo enorme!
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